Tina Turner, Bob Dylan, Neil Young o Shakira, entre otros, ya lo han hecho.
De nuevo, somos conocedores de que una artista de prestigio y relevancia internacional, Tina Turner, ha vendido a sus 81 años de edad sus derechos musicales a la compañía discográfica BMG —Bertelsmann Music Group–.
El acuerdo implica que BMG será socio de todos los derechos musicales de Tina Turner. Así, incluye sus grabaciones, su actividad como compositora o su nombre e imagen, entre otros. No obstante, Warner Music seguirá siendo su compañía discográfica.
La propia artista expresó que estaba convencida de que su trabajo estaba en «manos profesionales y confiables». Y es que, BMG también representa y/o posee derechos de otros grandes artistas. Entre ellos, cabe mencionar a David Bowie, John Lennon, Mick Jagger, Blondie o Kurt Cobain.
Otros artistas que se han sumado a esta corriente
No solo Tina Turner ha optado por monetizar su legado, sino que otros artistas como Bob Dylan, Neil Young o Shakira ya lo han hecho.
Pero, ¿cuál puede ser una de las principales razones por la que los artistas están vendiendo sus derechos a distintas empresas? ¿En qué consiste exactamente esta compra-venta de derechos musicales?
Las razones de la venta de derechos musicales
No dejamos de leer noticias sobre las devastadoras consecuencias que ha tenido el Covid-19 en diversos aspectos de nuestra vida. Pues bien, no iba a ser distinto en la industria musical. El freno a los artistas en sus giras internacionales, unido a la caída en la venta de discos, han hecho que pierdan sus principales fuentes de ingresos. Dada la incertidumbre que todavía existe en este campo, pues esta enfermedad no es conocida con exactitud por los expertos y no se sabe que podrá pasar en el futuro próximo, estos artistas han optado por la venta de sus derechos. A ello se le une la facilidad que otorgan plataformas como Spotify para calcular el valor de su catálogo musical.
De ahí se puede explicar el boom en poner precio a su música, es decir, la venta de derechos tanto a empresas internacionales –como puede ser el caso de Bob Dylan que vendió sus derechos a Universal Music–, como a empresas que se encargan específicamente de la gestión de derechos. A modo de ejemplo, la compañía británica de gestión de canciones Hipgnosis Songs Fund adquirió el 50% de los derechos de autor del catálogo musical de Neil Young, así como un total de 145 canciones de Shakira. En dicho trato están sus 145 canciones, incluyendo ‘Pies descalzos’, ‘Suerte’, e incluso el tema que preparó para el mundial de Sudáfrica en 2010 ‘Waka Waka’.
Negocio en pleno auge
Este negocio es apetecible para estas empresas, quienes pagan cantidades de dinero inalcanzables por comprar los derechos a los artistas. Pero, ¿por qué? Son artistas de éxito con canciones mundialmente conocidas y que, a pesar de haberse lanzado al mercado hace años, siguen siendo renombradas y por tanto continuarán generando ingresos. Además, es fácil que sean utilizadas para spots publicitarios o películas por ser tan conocidas, lo que permitirá a estas empresas obtener ingresos continuados por ello.
Otra de las razones para monetizar los derechos de sus canciones puede ser la edad avanzada de estos artistas, como es el caso de Tina Turner con 81 años o Bob Dylan, con 80 años. Firmar estos contratos con las empresas les permite asegurar una correcta gestión y protección de sus legados ya que, como es conocido, sus derechos expiran al llegar a los 70 años contados después de su muerte. Y bien es cierto que es más fácil repartir dinero que derechos de autor en sus herencias…
Además, cada artista fija los términos y condiciones de sus contratos, pudiendo escoger qué vende a estas empresas y qué parte se queda en sus manos, lo que facilita llegar a acuerdos beneficiosos para ambas partes.