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El registro de la propiedad intelectual con Blockchain

Últimamente no paramos de escuchar los términos Blockchain, Token no fungible, Bitcoin, NFT, Criptomoneda… Lo que está claro es que han llegado para quedarse y convertirse en una excelente solución para el registro de la propiedad intelectual. Pero, ¿qué son?, ¿por qué están de moda? y ¿cómo afectan a la Propiedad Industrial?

El registro de la propiedad intelectual con Blockchain
Imagen: Pexels.

Cuando hablamos de Blockchain nos referimos al conjunto de tecnologías que permiten llevar un registro seguro, descentralizado, sincronizado y distribuido de las operaciones digitales, sin necesidad de la intermediación de terceros. Se trata de una cadena de bloques, es decir, un libro de contabilidad digital distribuido que almacena datos de cualquier tipo. 

Dicha cadena de bloques puede registrar información sobre transacciones de criptomonedas, propiedad de NFT o contratos inteligentes DeFi. Así, el Blockchain es la tecnología que le da vida al ecosistema de los tokens, eliminando a los intermediarios y descentralizando toda la gestión.

Conceptos básicos del Blockchain

Una criptomoneda, criptodivisa o criptoactivo es un activo digital que emplea un cifrado criptográfico para garantizar su titularidad y asegurar la integridad de las transacciones, y controlar la creación de unidades adicionales, es decir, evitar que alguien pueda hacer copias como haríamos, por ejemplo, con una foto. Además, no está regulado ni controlado por ninguna institución. No cuenta con el respaldo de un banco central y no está cubierta por mecanismos de protección al cliente.

Criptomoneda y token se suele confundir con frecuencia. La principal diferencia entre un token y una criptomoneda es que las criptomonedas utilizan su propia cadena de bloques, mientras que los tokens utilizan la cadena de bloques de otra criptomoneda para operar. Pongamos un ejemplo: el estándar ERC 20 fue creado por Ethereum para crear tokens con contratos inteligentes.

El registro de la propiedad intelectual con Blockchain
Imagen: Pexels.

Por su lado, las siglas NFT –significan Non Fungible Tokens o Token No Fungible en español–, son bienes únicos, indivisibles e indestructibles. Los tokens hacen referencia a activos digitales, y que sea no fungibles hacen referencia a que NO se consumen al ser usados y no pueden ser sustituidos por otro.  ¿La diferencia de las criptomonedas? Por ejemplo, el Bitcoin o el Ethereum, son fungibles o intercambiables por otro token o efectivo.

Así pues, los NFTs son una encriptación de un código: cualquiera que intente replicarlo, necesita consentimiento. Asimismo, aportan un valor de exclusividad y diferenciación. Desde esta forma, cuando se crea cualquier obra digital se le adjudicaría un único token no fungible que ayudaría a identificarlo como la obra original y no como una copia del mismo. Y es que, dentro del ecosistema Blockchain el rastro nunca se pierde.

En definitiva, los NFTs hacen uso de la tecnología Blockchain, al igual que las criptomonedas, para proteger los activos y hacerlos irremplazables.

NFTs y el registro de la propiedad intelectual

Prácticamente cualquier cosa puede ser un NFT. De hecho, la mayoría de ellos son archivos 100% digitales: imágenes, videos, GIF, animaciones, audios… Por ello, la gran novedad es que ahora podemos certificar que ese archivo digital es único y tiene dueño.

Entre las características principales, se encuentra que es verificable y la propiedad absoluta. A diferencia de la música o el cine, no se compra una licencia para ver la película o escuchar la canción. Sino que, al comprar uno de estos bienes su propiedad es completa.

Al vender un NFT, se transfiere su propiedad al comprador. Eso sí, es importante señalar que no se transfiere el derecho de propiedad intelectual del NFT, que seguirá perteneciendo a su creador o titular. Además, responde a las leyes de propiedad intelectual propia de cada país. Es decir, con la compra de un NFT se consigue una especie de sello de autenticidad por parte del creador de la obra. Sin embargo, la autoría no cambia y no se transfieren derechos de autor.

Es importante recalcar que los NFT aseguran un mayor control de los autores originales sobre los beneficios que pueden generar sus obras digitales a largo plazo. ¿El motivo? Permite a los autores incluir el derecho de participación. De esta forma, si el comprador vende el NFT, el autor se llevará un porcentaje de dicha venta.

En definitiva, los artistas reciben de forma automática sus royalties por cada reventa que se produzca de su obra.