¿Sabías que el sector editorial en España es uno de los más potentes a nivel mundial? ¿y que alimenta a más de 500 millones de potenciales lectores ubicados principalmente entre España y América latina? Sin embargo, todos los paradigmas se han visto afectados de forma drástica, ¿por qué? Muy sencillo: la irrupción de lo digital y los problemas que deriva en los Derechos de Autor de los editores digitales.

Estar inmerso dentro de un entorno digital supone la adaptación a nuevas oportunidades, retos y desafíos. Al mismo tiempo, este nuevo entorno facilita la distribución y el alcance a un mayor número de personas por un coste menor. Pero también, existe un mayor riesgo de que se vulneren los derechos de autor y propiedad intelectual o de que las editoriales y editores pierdan el control sobre los libros que publican.
Actualmente nos encontramos en un momento de adaptación de la industria editorial al nuevo entorno ante las fórmulas de difusión, así como en un progresivo proceso de sustitución del soporte papel al soporte digital. En el aspecto negativo, la aparición de nuevos soportes de carácter electrónico cambia el panorama en el sentido en que la facilidad de copia se incrementa exponencialmente.
Si hablamos de los derechos de propiedad intelectual, vemos que no existe como tal un concepto de publicación electrónica digital debido a que la ley solo habla de ejemplar, y, por tanto, solo es válida para formatos digitales tangibles. A estos formatos tangibles corresponden el CD, DVD o el CD-ROM.
Pero, ¿qué es lo que pasa con los Derechos de autor de las publicaciones de los editores en formato digital que no son tangibles y que circulan con la Red?
Entonces hablamos de un modelo de comercialización de derechos de uso que se establece por medio de licencias de acceso para reproducir la obra de manera temporal (streaming) o permanente (downloading). Este proceso de comercialización es el que impide, o trata de impedir, una posterior reventa o transmisión a terceros y por tanto una violación de los derechos de autor a los editores y autores de las obras.
La gestión digital de derechos -DRM- se corresponde con las tecnologías, instrumentos y procesos que protegen la propiedad intelectual durante la comercialización de los contenidos digitales. La DRM tiene las siguientes funciones: protección de contenidos digitales, regulación de las transacciones y autenticidad de los contenidos.
Los DRM, por su parte, responden también a dos propósitos esenciales: comerciales y de seguridad. Dentro del propósito comercial, tratan de proteger el valor económico del contenido. Los DRM de seguridad, por su parte, lo que buscan es proteger la confidencialidad de la información.